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Extractivism Talks 02

Extractivism Talks #02: Recuperar el análisis estructural en un mundo de pesimismo

El 11 de marzo de 2022, el proyecto colaborativo Extractivism.de organizó un debate en línea con el título «Recuperar el análisis estructural en un mundo de pesimismo». El evento consistió en dos paneles y reunió a académicos de diferentes disciplinas y generaciones para repensar el significado de estado, clase y estructuralismo.

El primer panel se tituló «Revisiting Development: State, Class and Structure » y estuvo compuesto por: Prof. Dr. Hartmut Elsenhans (profesor emérito de la Universidad de Leipzig, Alemania), Prof. Dr. Luiz Carlos Bresser-Pereira (profesor de la Fundación Getúlio Vargas, Brasil) y Prof. Dr. Mushtaq Khan (profesor de la School of Oriental and African Studies, SOAS, Reino Unido). Nuestra investigadora postdoctoral Luíza Cerioli moderó la conversación.

El segundo panel se tituló «Rethinking Structuralism: New Peers, New approaches » y contó con la participación de Dra. Ingrid Kvangraven (profesora del King’s College de Londres), Dra. Sara Stevano (profesora titular de la School of Oriental and African Studies, SOAS), Johanna Siebert (investigadora de la Universidad de Sussex) y Dr. Fernando Rugitsky (profesor titular de la Universidad del Oeste de Inglaterra, Bristol). Dr. Hannes Warnecke-Berger, coordinador del proyecto colaborativo Extractivism.de, moderó esta sesión.

El evento se dedicó a esta temática debido a la situación actual: diagnosticamos un mundo de crisis recurrentes: La crisis financiera de 2008, las revueltas árabes de 2011, la pandemia del COVID-19 y la actual guerra en Ucrania demuestran que el sistema mundial se tiene que enfrentar cada vez más a desafíos en términos económicos y políticos. Estas crisis son síntomas de una estructura asimétrica a nivel global que no ha cambiado como muchos esperaban. Muchos enfoques de las ciencias sociales, ya sea neoliberalismo, institucionalismo, realismo, constructivismo o neoclasicismo, han fracasado hasta ahora en ofrecer explicaciones adecuadas. Las predicciones optimistas de crecimiento, desarrollo, globalización, prosperidad y paz no se han hecho realidad. En cambio, el péndulo se mueve ahora en una dirección pesimista caracterizada por aislacionismo, conflictos globales, populismo y nacionalismo. Mientras el Occidente aspiraba a una utopía neoliberal durante décadas, sospechamos que las teorías estructuralistas que tratan el papel de Estado y clase en el proceso de desarrollo podrían ser útiles para comprender la complejidad de las constelaciones de conflictos sociales contemporáneos y las dimensiones de la desigualdad, como los conflictos por recursos naturales o la explotación de la naturaleza.

De cierta forma, todos los panelistas parecen estar de acuerdo en que para entender estos acontecimientos hay que recurrir a conceptos y categorías como clase, Estado e intervencionismo estatal, trabajo y política económica e industrial.

En el primer panel, Hartmut Elsenhans comenzó explicando su teoría del capitalismo y la clase de Estado y como contribuyen estos conceptos para comprender desarrollo, consumo y división internacional del trabajo. Su trabajo consiste en repensar la lógica del capitalismo como concepto relacional. Muestra que el enfoque de las actuales teorías dominantes de acumulación puede ser una trampa. Argumenta en contra de la «demonización del capitalismo» y deja claro que el capitalismo debe verse como un resultado no intencionado de la lucha de clases y no como el objetivo intencionado de un único grupo de actores. Sólo a través de este cambio de pensamiento podemos entender el desarrollo como el resultado de movilizar adecuadamente las rentas, aumentar los ingresos de la población, hacer que la tecnología sea usada autóctonamente y, por tanto, aumentar la demanda, y, en consecuencia, entender el progreso dentro de las estructuras capitalistas.

El trabajo de Mushtaq Khan subraya la importancia del nivel local dentro de los enfoques heterodoxos, que a menudo se ha subestimado en el estructuralismo. Con su enfoque de «political settlements», subraya que hay que centrarse en la eficacia de la política de desarrollo. La cuestión central, dice, es también por qué la política de desarrollo funciona en algunos lugares y no en otros. Por ello, pide que nos alejemos de las soluciones generales y busquemos explicaciones más complejas. Su trabajo se centra en trazar el equilibrio entre las diferentes instituciones y organizaciones de cada país para explicar cómo se distribuyen las rentas y dónde se encuentran los obstáculos al desarrollo impulsado por la devaluación en los países más pobres. En sus palabras, «tenemos que repensar radicalmente lo que es factible» retomando las instituciones y la historia y mirando detrás del proceso de distribución de la renta, las políticas de desarrollo, el control estatal y la estructura del mercado.

Por último, Luiz Carlos Bresser-Pereira retomó su enfoque del neo-developmentalism y la importancia de un Estado desarrollista que funcione para impulsar la transformación económica en los países del Sur. Su obra es deliberadamente crítica con planteamientos neoliberales y neoclásicos, y con ello contribuyó significativamente a consolidar el debate sobre la importancia económica y política de los tipos de cambio, la enfermedad holandesa, en América Latina. Sostuvo que las teorías predominantes desdibujaban la distinción entre los problemas institucionales o culturales (que incluirían la maldición de los recursos) y los problemas económicos, y que por esta razón tenían grandes dificultades para sugerir formas de neutralizar la enfermedad holandesa. Subrayó que el nivel macro de análisis es tan importante como el nivel micro a la hora de desarrollar políticas económicas eficaces en cada caso que tengan en cuenta las complejas interacciones entre el comercio, la industria y los factores tecnológicos.

Los tres ponentes llegaron a la esperanzadora conclusión de que, en el mundo actual, es más importante que nunca volver a una visión del mundo más equilibrada que dé la misma importancia a lo micro que a lo macro. Coincidieron en que los enfoques económicos predominantes se han alejado de la realidad durante demasiado tiempo para desarrollar modelos universales, pasando por alto aspectos esenciales como contextualidad, historia y las diferentes estructuras de clase.

Tendiendo un puente entre estos puntos, Ingid Kvangraven argumentó en el segundo panel que una forma interesante de volver al estructuralismo es a través de una relectura de los enfoques de dependencia (especialmente de Samir Amin). Demostró que estas teorías ofrecen herramientas importantes y subrayó que el desarrollo está intrínsecamente ligado a las asimetrías globales. Sin embargo, dijo, esta vuelta a las teorías de la dependencia debe servir para mejorarlas, sacar a la luz los puntos débiles y actualizarlas. Presta especial atención a la necesidad de introducir la interseccionalidad en este debate -como el género, la cultura y la raza- para adaptar mejor el enfoque a las realidades socioeconómicas actuales.

La crítica de que el estructuralismo deja de lado a muchos grupos y actores individuales también estuvo presente en la presentación de Sara Stevano. Su trabajo se centra en los procesos de reproducción social, especialmente en los países más pobres del África subsahariana, argumentando que este concepto es fundamental para captar las luchas de género sobre la explotación y la reproducción a nivel local. También habló del impacto de la historia colonial en la estructura socioeconómica de estas sociedades, lo que es crucial para entender la dinámica de las relaciones laborales. Por último, sostiene que una forma eficaz de aportar nuevas dimensiones a nuestra comprensión de clase puede ser la de explorar analíticamente los aspectos económicos, sociales y culturales del objeto de estudio sin ignorar los imperativos de la estructura.

Fernando Rugitsky centró su conferencia en la cuestión de las catástrofes políticas recurrentes. Subrayó que, para explicar estas crisis, es importante tener una vista general, ya que son el resultado de un conjunto de factores complejos para los que no existe necesariamente una única explicación causal y lineal. En cuanto a la escena intelectual, Fernando Rugitsky se sitúa en el espectro del optimismo. Según él, los académicos tienden a reaccionar muy rápidamente ante las catástrofes políticas, viéndolas como una oportunidad para buscar nuevas formas de pensar y encontrar soluciones a problemas complejos. Sin embargo, también destacó que el sistema económico está cada vez más dominado por superpotencias con importantes cuotas de mercado, lo que limita las alternativas de desarrollo de los países del Sur. Al igual que los demás panelistas, concluyó señalando la importancia de mejorar la complejidad de nuestra comprensión de las estructuras de clase, especialmente en lo que respecta a cómo las diferencias dentro de las clases pueden convertirse en bloqueos del desarrollo que perpetúan desigualdad y frenan desarrollo.

Por último, Johanna Siebert llevó el debate a un nivel metateórico introduciendo el concepto de «desarrollo desigual y combinado», originario de Trotski, como herramienta de análisis crítico para los puntos que planteamos durante el evento. Según Johanna Siebert, uno de los problemas del estructuralismo, es que imagina dos esferas completamente separadas – nacional e internacional – como base para conceptualizar una política económica ineficiente. En cambio, el enfoque del desarrollo desigual y combinado hace hincapié en la constante interacción entre los niveles intrasocietario e intersocietario. El nivel internacional, sostiene, es un espacio en el que las sociedades interactúan y crean vías para su propio desarrollo que, aunque están vinculadas a las vías de desarrollo de las demás, son únicas. Además, explica que este concepto de multiplicidad es esencial para entender las diferentes vías de desarrollo y las crisis compartidas a nivel mundial, como la pandemia del COVID-19 o el cambio climático.

La discusión nos devolvió a las cuestiones centrales del proyecto Extractivism.de. Los ponentes destacaron que no sólo el mundo se ha vuelto más complejo desde la víspera de los primeros planteamientos estructuralistas, sino que el ambiente intelectual -así como su gama de temas- se ha ampliado. Los debates sobre la clase deben incluir cuestiones de interseccionalidad y, por tanto, diferentes formas de pertenencia; el Estado debe enfrentarse a las nuevas instituciones globales y a los actores transnacionales; y la teoría y la política de desarrollo deben reflexionar repetidamente sobre para quién y para qué se produce desarrollo. Vincular los factores internacionales e intrasocietarios, rastrear los patrones de estructuras sociales similares de diferentes contextos culturales, pero también hacer hincapié en los particularismos dentro de los diferentes países de ubicación similar en la división internacional del trabajo y captar cómo los actores distribuyen rentas y planifican y toman vías de desarrollo: todas estas cuestiones forman parte de nuestra iniciativa de investigación.

Vea el debate completo en Youtube:

Panel 1:

 

Panel 2: